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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo seis: Sobre el carruaje o cómo controlar las emociones
 

Las lecciones de Pitágoras/Capítulo seis: Sobre el carruaje o cómo controlar las emociones


Capítulo seis:
Sobre el carruaje o cómo controlar las emociones

Un día, habiendo los persas que conducían la caravana descansado, organizaron una competencia con los carruajes capturados. … Gritos, abucheos, silbidos, y tormentas de emociones llenaron el ambiente…

Pitágoras le propuso a Hamilcar observar tanto a quienes competían como a quienes ganaban y perdían dinero apostándole al posible ganador…

«¡Mira, cuan fácilmente las personas se dejan arrastrar por las pasiones! ¡Tan ligero se regocijan por el premio conseguido como se molestan y se deprimen penosamente si lo pierden! ¡El tormentoso mar de sus incontrolables emociones hace de sus vidas frágiles barcas en el tormentoso océano de las pasiones y los sufrimientos!

»Y en sus vidas, estos altos y bajos se alternan tal como un bote toma la cresta de la ola para caer de nuevo en el abismo de las olas tormentosas. Para en cualquier momento, quedar este bote totalmente destruido…

… Pitágoras pasó entonces a explicarle tranquilamente a Hamilcar que las energías de las emociones de la conciencia-alma deben ser mantenidas bajo control volitivo*. Tal cual un carruaje es controlado por el cochero, cada persona debe mantener bajo control sus propios estados de conciencia. Con esto, tal persona dejará de ser un frágil bote en el océano, para pasar a ser capaz de dirigir su propia vida hacia la Meta principal. Y continuó…

«Para controlar las emociones, no es suficiente con tener el deseo de controlarlas. Para dominar las emociones, es necesario conocer ciertos centros dentro del cuerpo. Tal como una flauta suena en armonía con la persona que la toca, o las cuerdas afinadas de una lira están sujetas a la voluntad de un músico, de la misma manera, esos centros ubicados en el cuerpo deben volverse herramientas obedientes dirigidas por la voluntad humana.

»¡Mira ahora cómo el jolgorio de las pasiones de la multitud es casi incontrolable! ¡Estas personas están sujetas a sus emociones y han perdido el control sobre sí mismos! ¡Se han vuelto esclavos de sus emociones! ¡Están completamente superados con el júbilo de las victorias o con la decepción de las derrotas! ¡Incluso quienes no participan de la competencia, sino que apuestan ganando o perdiendo oro y joyas, están expuestos a esas emociones y se vuelven sus esclavos!

»¡Pero el humano es capaz de aprender a controlar sus propios estados emocionales!

»Estos centros de los cuales te hablo son llamados chakras por los indios. Usemos esta palabra de ahora en más para designarlos.

»Los chakras son similares a cavidades en donde la energía se concentra y se trasforma.

»Esto ocurre de manera incontrolada y espontáneamente en la mayoría de las personas.

»Entre los chakras, son siete los más relevantes. El anahata es uno de ellos y se ubica en el medio del tórax, donde el desarrollo del corazón espiritual debe comenzar. ¡Esta es la verdadera morada del alma en los primeros estados del crecimiento espiritual!

… En ese momento, los caballos de uno de los carruajes perdieron el control y dejaron de obedecer al cochero que no les era familiar. ¡Los caballos asustados por los rugidos de la multitud, se salieron de la ruta! Un giro brusco con un tirón arrojó al cochero del carro quien ya no podía sentir a los caballos y consecuentemente no podía controlarlos.

Seis poderosos animales frenéticos unidos a un enorme carro corrían hacia un grupo de prisioneros que se encontraban sentados aparte. Entre ellos había mujeres y niños… ¡Parecía que en pocos instantes muchas personas resultarían muy mal heridas!

Hamilcar, que observaba todo con atención, en un parpadeo evaluó la situación y midió la distancia…

Pitágoras, le dijo con confianza:

—¡Vamos, tú puedes hacerlo! ¡Detenlos!

… El cuerpo del gigante pareció entonces volverse una ola del Gran Poder y corrió hacia el carruaje calculando con precisión el lugar donde podría interceptarlo.

Tanto los prisioneros como los guerreros persas estaban congelados en el lugar mientras veían lo que estaba ocurriendo.

¡Hamilcar, en el momento justo fue capaz de asirse al carruaje! ¡Tomó las riendas y pudo controlar los caballos! La increíble fuerza del fenicio dejó a todos en shock. Refrenó a los caballos con confianza, llevándolos de un galope violento a un dulce trote. Detuvo el carro y acarició a cada caballo tranquila y gentilmente, devolviéndoles la confianza hacia quien ahora los controlaría. Se subió nuevamente al carro y lo condujo lentamente a lo largo de la multitud de prisioneros y a lo largo del campamento persa. ¡Su pasar fue escoltado por las miradas absortas y un estruendo de aplausos!

Condujo hasta los competidores, detuvo los caballos y se bajó del carruaje.

¡Nadie tuvo duda alguna de quién fue el verdadero ganador ese día!

Hamilcar, le entregó las riendas a uno de los guerreros persas y se dirigió a la parte del campamento donde Pitágoras lo estaba esperando.

Ahí continuaron su conversación.

—¡Correcto, Hamilcar! ¡Exactamente de esta misma forma es que puede vivir uno, —sin exaltarse por las victorias ni apenarse por las derrotas—!

»¡Hoy tú has sido el ganador! ¡Y aunque no recibirás ningún premio de la competencia terrenal, —la gran recompensa de los verdaderamente Grandes te espera—!

»Te moviste correctamente a los chakras apropiados, y como conciencia —la fuerza de tu cuerpo se incrementó grandemente—. ¡Así, hiciste algo que parecía imposible incluso para ti! ¡Y esto pasó porque el Poder Universal —añadió Su Energía a tu acción—!

»Es necesario dominar el conocimiento del autocontrol a través del uso de los chakras para que el alma perciba y manifieste siempre la Voluntad Divina a través del cuerpo.

»¡Para dominar esto, el espacio dentro de los chakras debe ser limpiado, expandido y conectado a esa Luz Sutilísima que ya puedes ver con los ojos del alma!

»También, deberías aprender a cómo desplazarte como a través de una torre de varios pisos, entre los “pisos” de estos centros de energía que se distribuyen verticalmente.

»Y eso resulta necesario para poder llenar cada chakra de una blanca luz pura.

»También esto es necesario para expandir los bordes de los chakras, ¡como si empujaras sus paredes hacia el infinito!

»Siente como cada chakra, cuando entras en él mediante tu concentración, atrae a la conciencia toda a un cierto estado.

»Como resultado de este trabajo, serás capaz de moverte libremente a través de estos centros y de hacer más activos unos u otros de esos estados necesarios para ti como alma, y a la par, —hacer que los estados indeseados sean extinguidos para siempre—.

»¡Que solo los Estados Divinos de ahora en adelante colmen el espacio dentro de tus chakras y de tu cuerpo!

… Hamilcar, comenzó a empujar los bordes de los chakras y empezó a moverse dentro de los «alcances» que se fueron formando.

Al poco tiempo, el espacio dentro de sus chakras se vio conectado por el ascendente Flujo vertical de Luz Divina transparente. Los bordes de los chakras fueron excedidos por este Flujo, derramando en ellos dicha y poder. La fuente de Luz y Poder se derramó por su cuerpo y llenó el espacio a su alrededor. ¡Fue como si el cuerpo de Hamilcar se elevara en este Flujo!

«¡Qué bien! ¡Nada mal! ¡Dominaste inmediatamente la conexión de todos los chakras por el meridiano central! ¡Y lo lograste muy fácilmente hasta un nivel muy alto de sutileza!

»Igualmente, nos tocará siempre dedicar especial atención y tiempo a este método mientas enseñamos a otros. ¡Ya que no todos pueden lograrlo tan fácilmente como tú pudiste!

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